Una nueva alta

25 febrero 2016 por Serenamente
hugging-571076_640.jpg

Este es el mensaje que me dejó otro paciente que terminó su viaje hace poco. Hemos pasado juntos momentos muy duros, pero juntos los superamos, apoyándonos el uno en el otro.

Todos los datos que le pueden identificar están cambiados para respetar la confidencialidad. Lo publico con su consentimiento.

«Hoy termino mi terapia. Han sido 5 años, no se si muchos o pocos, pero hace meses que tomé la decisión de ponerle fin este verano y a Óscar le pareció bien.

Es difícil expresar cómo me siento. Me habría gustado haber tenido tiempo y serenidad durante esta semana para pensarlo, pero ha sido imposible. Recuerdo con mucha claridad las ideas principales cuando acudí a mi primera sesión con Óscar: Mi pareja y yo decidimos ir al psicólogo porque nuestra relación no iba bien y yo tenía la convicción de que no era capaz de hacerla feliz. Así de claro: no era capaz de hacerla disfrutar en ningún sentido. Y cuando la veía feliz, yo me sentía feliz, tenía la sensación de haber cumplido con mi obligación. Yo tenía clarísimo cuanto la quería y en este tiempo he podido darme cuenta de que no me estaba teniendo en cuenta a mi mismo.

En estos 5 años ha habido 2 fases claramente separadas por la muerte de ella. Creo que en los 2 primeros años, hasta su muerte, durante muchos momentos tuve la sensación de que la terapia no nos servía para nada. Muy pocas veces tuvimos sesiones conjuntas con Óscar y ahora veo claro que mi actitud estaba influida por las reacciones que pensaba iba a tener ella.

Creo que este tiempo fundamentalmente ha servido para aprender a hacerme presente y a tenerme en cuenta. Ahora creo que puedo hablar de mí, de cómo me siento, de cómo me he sentido… pero sobre todo he tomado conciencia de que durante muchísimos años, desde mi infancia, he actuado en función de lo que pensaba que los demás esperaban de mí.

[Tweet «La terapia me ha ayudado a hacerme presente, a protagonizar mi vida»]

Ahora puedo verlo, es como si hubiera tomado la distancia necesaria para analizarme desde lejos, me puedo observar como si estuviera hablando de otra persona. Ese ha sido el principal logro de la terapia: ver las cosas con distancia y poder decidir libremente. Ahora tengo una capacidad de análisis que hace 5 años no tenía.

Me costó mucho quitarme de encima el sentimiento de culpa por la muerte de mi pareja. Mucho, muchísimo. Creo que en gran parte lo he conseguido asumiendo mi responsabilidad en la evolución de un matrimonio de 14 años, ahora acepto que cada uno es responsable de sus actos y culpabilizar a los demás es inmaduro. Hablo de culpabilizar de lo malo y responsabilizar de lo bueno, da lo mismo, los demás están ahí, pero cada uno es dueño de sus actos.

Antes yo me limitaba a ser objeto de mi vida, pero ahora estoy dispuesto a ser sujeto, a protagonizarla, y a disfrutar de lo bueno y a aceptar lo malo, siempre siendo consciente de que todo es pasajero, todo acaba pasando, y lo importante es la trayectoria e intentar ser feliz con cada pequeña cosa: con mi hija, con amigos, con el trabajo, con los seres queridos…

También me ha costado mucho llamar suicidio a la muerte de mi pareja. Óscar siempre lo ha considerado muy importante y me ha dado algunos empujones, pero seguro que era imprescindible, lo entiendo. Y su suicidio, esa terrible tragedia, me ha enseñado una cosa trascendental: que hay mucha gente que me quiere sin más, sin condición alguna ¡Que hallazgo! Me da miedo pensar que tal vez nunca me habría dado cuenta si ella no hubiera muerto, pero lo importante no es ese miedo si no la realidad: que me quiere mucha gente. Y según escribo esta frase me doy cuenta de que no habría sido capaz de darme cuenta de eso sin mi terapia.

Es como si me hubiera abierto en canal y ahora me conociera más que antes.

¡Que difícil es escribir!

¿Objetivos? ¿Futuro? no tengo objetivos, no se hacia donde caminará mi futuro. Quiero ver crecer (más) a mi hija, me siento orgulloso de ella, intento transmitirle que importantes son los sentimientos y tenerse en cuenta a uno mismo, pero no se si lo consigo porque apenas le dedico tiempo.

Espero que el hecho de ver que estoy todo el día trabajando le haga valorar lo que significa el esfuerzo, pero también espero que cuando sea adulta no recuerde su infancia con la ausencia de su madre y de su padre. ¡Es tan difícil!

Mañana nos vamos de viaje 15 días y quiero utilizarlos para descansar, para no hacer nada más que estar con ella, pasar tiempo juntos, reírnos, enfadarnos, pero sentirla más cerca.

Se que voy a echar de menos a Óscar, pero me encuentro con fuerza para terminar la terapia. Durante muchos años no pensaba que pudiera llegar este momento, pero ahora creo que ha llegado. Le estoy muy agradecido. Ha sido un proceso lento, pero espero haber evolucionado con tanta seguridad como lentitud.

[Tweet «Ahora soy y estoy aquí y ahora»]

A veces el tiempo me parece muy lento y a veces muy rápido. También intento ser consciente de eso, de lo relativo que es todo y de cómo mi estado de ánimo influye en cada momento y en la forma de percibir cada sensación. Es otro objetivo conseguido: saber que lo que hoy y ahora parece blanco, dentro de un rato puede parecer negro.

También me ayuda en eso el trabajo, sé que implicarme en el y hacer las cosas con esfuerzo es importante, pero una llamada de teléfono puede hacerme cambiar mi percepción de cómo ha ido el día, o la semana, o el mes, o incluso plantearme si merecen la pena tantas horas de despacho. Y al revés; una semana de bajón puede cambiar en un instante. Pues con la vida pasa lo mismo. Todo es relativo ¿5 años para darme cuenta de esto? Pues sí, 5 años para aprender que la vida se compone de segundos, de minutos, de horas… de que el pasado me ha marcado, el futuro es desconocido, pero SOY Y ESTOY AQUÍ Y AHORA.

Óscar me ha recordado varias veces una frase de John Lennon «La vida es lo que ocurre mientras haces planes» o algo parecido. Es un gran resumen y hace días que estoy escuchando una canción del gran poeta Joaquín Sabina, «Ahora que» que es una gran lección de vida: ahora que los sentidos sienten sin miedo/ahora que me despido pero me quedo/ahora que tocan los ojos/que miran las bocas/que gritan los dedos…

…Pues así me siento hoy, dispuesto a sentir, a oler, a hacer, a escuchar.

Muchísimas gracias Óscar. Hasta siempre.»

Logo principal Serenamente
Logo Centro sanitario

Nuestro equipo está formado por un grupo de profesionales con formación continua y especializada para poder ayudarte.

© Serenamente 2022. Todos los derechos reservados.